Carta para sanar la relación con mi madre.
Carta para
sanar la relación con la madre
(Por
Ascención Belart)
Esta carta es
para mi madre (nombre completo), de su hija (nombre completo de la persona que
escribe la carta):
“Madre,
perdóname por fundirte con mis recuerdos, por no distinguir que eres un ser
espiritual que amorosamente se prestó a la obra de teatro que protagonizamos en
la Tierra. Perdóname por hablarte de cualquier manera, por desconocer que
tenemos un pacto, por herir tus sentimientos a partir de mis propias
percepciones. Perdóname por cada minuto en el cual creí que todo esto se
trataba de ti y no de mí. Perdóname por nuestra historia juntas, por pretender
cambiarla, por no superarla. Perdóname porque no me es fácil saber y sentir
quién eres realmente, porque a través de ti sólo veo a mi niña lastimada,
porque sólo percibo dolor. Perdóname por querer marcharme de tu vida, perdóname
por haberme ido, perdóname por no querer volver a ti, perdóname por no honrarte
y no amarte lo suficiente.
Me perdono
completamente porque yo no tengo manera de saberlo todo, porque soy tan
inocente como tú. Me perdono completamente por mi capacidad latente para
lastimar, para resentir, para dañar, para odiar, nada de esto ha sido creado
conscientemente, una fuerza interior, una razón, una memoria, una queja, un
deseo y mi necesidad de escapar del dolor me impulsó. Yo merezco perdonarme
completamente y lo hago ahora.
Sin duda
alguna te doy gracias porque en un acto de amor consciente o inconsciente me
trajiste a la vida, a este mundo que me ha ofrecido todo para que yo pueda
conocerlo. Gracias por lo vivido, por las experiencias juntas, por los dolores,
por las lágrimas, por las risas, por las ausencias, por las heridas abiertas,
por las palabras bonitas y por las que no fueron tanto, todo ello me ha forjado
como el ser humano que soy. Te doy gracias porque existes en algún lugar de mi
ser y porque me escuchas ahora. Te bendigo.
Lo siento por
las memorias de dolor que comparto contigo, te pido perdón por unir mi camino
al tuyo para sanar. Te doy las gracias porque estás aquí para mí y te amo por
ser quién eres. También te amo porque estás en mis recuerdos y porque es el
momento de hacerlo, nunca antes lo fue.
Estas
palabras surgen, nacen, brotan y florecen en mí ser cuando el tiempo de mi
mente es perfecto, el amor me busca ahora y me reencuentra contigo, yo elijo
estar en paz contigo, yo soy esa paz en ti y en mí. Yo soy paz.
Yo honro mi
vida y la tuya tal como fue, tal como es. Yo hago una reverencia ante tu ser de
luz que es quien yo soy. Hecho esta. Gracias, gracias, gracias…”
Debes
escribir esta carta sin interrupciones, y no te puedes levantar ni distraer
hasta que termines. Lo tienes que realizar enfocada y con total conciencia.
Tienes que leerlo al mismo tiempo que lo escribes, para escucharte. Puedes
prender una veladora blanca y poner un refractario hondo de vidrio con 3/4
partes de agua y prender un incienso que te guste.
Al terminar
tu carta, la quemas con la flama de la veladora y las cenizas deben caer en el
agua del refractario. Puedes usar unas pinzas para no quemarte. Al finalizar,
haces un hoyo en una maceta o en el jardín, hechas allí las cenizas con el
agua, plantas alguna planta o flor que te guste y la veladora la dejas que se
consuma y terminas comiendo algo dulce.
Los cambios
toman más o menos 21 días.
Bert
Hellinger dijo: “Dinero, madre y vida son energías equivalentes. Como tratamos
a la madre, así nos trata la vida y el dinero”
Comentarios
Publicar un comentario