Las enfermedades hereditarias no existen




Las enfermedades hereditarias no existen


Para recuperar nuestro poder y sanarnos, debemos tener en cuenta que las enfermedades hereditarias nunca existieron.
El biólogo celular estadounidense Bruce Lipton, considerado una de las principales y más controvertidas voces de la Nueva Biología, lidera un movimiento científico según el cual los genes no son programas de los cuales somos víctimas, sino que somos nosotros los creadores de los programas, a través de nuestra percepción del ambiente que nos rodea, incluyendo nuestras emociones y pensamientos.
Ya no hay excusas para afirmar que la enfermedad es hereditaria y, por lo tanto, incurable. No hay enfermedades incurables. Pues no somos víctimas de nuestros genes (nunca se comprobó que los fuéramos, como siempre se nos contó). Vivimos pensando que tenemos un destino marcado por nuestro mapa genético. Toda esa información nos hace sentir víctimas de las circunstancias, y no creadores  de nuestra realidad. Estamos siempre echándole la culpa de las cosas que pasan en nuestra vida a las circunstancias generadas por el gobierno, los medios de comunicación, la pareja, los padres, el trabajo, etc.
Al tornarnos conscientes de nuestra responsabilidad en nuestro mundo, recuperamos nuestro poder Divino, algo a lo que tenemos derecho, y reconocemos nuestra verdadera identidad. Somos libres de creer en las mentiras que nos cuentan y de continuar siendo víctimas de todo lo que pasa afuera; pero en estos tiempos, se trata de una cuestión de elección, pues la información disponible es cada vez más, en especial la que proviene de nuestro interior, que es la verdadera.
Al aceptar la responsabilidad de lo que creamos todos los días, recuperamos el poder de mudar lo que crea nuestro mundo. Nuestra esencia creadora está con nosotros 24 horas al día, en el presente continuo. Es sólo preguntar y sentir la respuesta. Nadie tiene fórmulas para resolver nuestros problemas o crisis; la solución perfecta se encuentra siempre en nuestro interior, mediante un cambio de percepción del asunto, tornándonos observadores honestos de nuestros pensamientos y emociones, y aceptando sin juicio todo lo que somos en la luz y en la sombra.
El primer paso para recuperar nuestro poder es el amor. Pero el amor a nosotros mismos, pues la fuente se encuentra ahí, en nuestro interior; el amor que nos devuelve la confianza en nosotros mismos. Al amarnos y dejar expandir nuestro amor, todo lo que vendrá será reflejo de esto.
 (Fuente: Shanti Shalom)


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